Los Caballeros en la Curia y los Privilegios




Una de las últimas piezas que hubo que encajar en el juego era el papel de los caballeros que iban a la Curia. Al principio cada caballero en la Curia podía, o bien recuperar un oro si había donado algo a la Iglesia, o bien convertir una de sus mujeres en abadesa. Pero ¿y si no das oro a la Iglesia? En los primeros turnos tampoco conviene convertir mujeres en abadesas. La Curia era una Esfera de Poder con poco peso sobre todo al inicio de la partida. Por no decir que eso de que la Curia te devuelva oro tiene poca justificación. A raíz de todo ello nacieron los PRIVILEGIOS.

En la versión final cada caballero en la Curia puede o bien convertir una mujer en abadesa, lo que, como se comentaba, no es muy beneficioso al principio, o bien obtener un privilegio, que se coloca en forma de marcador en el Área de Linaje. Que la Curia te dé “privilegios”, no oro, tiene más sentido temático.

Los privilegios sirven principalmente para dos cosas:
  • gastando un privilegio puedes entrar en una Esfera de Poder sin pagar el peaje de un oro.
  • un caballero en el convento puede ingresar en el convento una mujer soltera por cada dos privilegios que pague. Esto permite gestionar las mujeres solteras de tu área de linaje a lo largo de toda la partida.

Los privilegios también se obtienen durante la fase de Invierno si tienes a todos tus caballeros defendidos con soldados o castillos, como se describe en esta entrada.

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